IGNACIO BRIANTCHANINOV
Philokalia-Estudos — Ignacio Briantchaninov (1807-1867)
Ao lado dos grandes Staretz de Valaam, de Opina, de Sarov, quase contemporâneo do bispo Teofano o Recluso e de João de Kronstadt, Briantchaninov, nascido de família nobre, depois de seguir estudos de engenharia, retirou-se para um mosteiro, onde se dedicou aos estudos e a ascese ortodoxa, tendo então escrito livros de orientação monástica e sobre a Prece de Jesus. Consagrado bispo do Cáucaso e do Mar Negro, dedicou sua vida ao aconselhamento.
Obispo Ignacio Brianchaninov (1807-1867)
Su carrera fue paralela a la de Teófano en muchos aspectos. Como éste, Ignacio llegó a ser obispo pero no cumplió las funciones correspondientes más que durante un período muy breve; se retiró voluntariamente a la soledad a fin de consagrar todas sus energías a escribir y a ejercitar la dirección espiritual. Ambos procedían de medios sociales diferentes. Mientras que el padre de Teófano era sacerdote, Dimitri, como se llamaba Ignacio antes de hacerse monje, pertenecía a la nobleza y era hijo de un propietario territorial.
En la Rusia del siglo XIX, era muy raro ver a un miembro de la aristocracia acceder al sacerdocio y hacerse monje. El padre de Dimitri quería que su hijo siguiera la carrera normal para un muchacho de su rango; es así que en 1822 lo envió a la Escuela Militar de los Exploradores de San Petersburgo. Dimitri se mostró allí alumno ejemplar, muy dedicado y trabajador y fue señalado, en el curso de una inspección, por el Gran Duque Nicolás Pavlovitch (que debía muy pronto subir al trono bajo el nombre de Nicolás I). Sin embargo, el corazón de Dimitri no estaba en esos estudios. Desde su más tierna edad, se sentía atraído por la vida monástica y, en un momento dado, durante su estadía en la Escuela de Exploradores, pidió su baja; el Emperador la rehusó. En 1827 fue nombrado oficial pero, a fines de ese año cayó gravemente enfermo atravesando una crisis física y espiritual, siendo autorizado a dejar el ejército. Muy pronto se hizo novicio, y pasó los cuatro años siguientes en diferentes monasterios, pronunció sus votos, y recibió el sacerdocio en una pequeña comunidad de los alrededores de Vologda.
Sin embargo, el Padre Ignacio, como se le llamaba entonces, no pudo permanecer allí mucho tiempo. Hacia esa época, el zar visitó la Escuela Militar e, ignorando que Ignacio había dejado el ejército preguntó al director qué había pasado con Brianchaninov. “Actualmente, él es monje”, fue la respuesta. “Dónde? ”, preguntó Nicolás. Pero el director lo ignoraba. Después de una investigación, Nicolás conoció el retiro de Ignacio cerca de Vologda y dio órdenes inmediatas para que volviera a la capital. Convencido de que un buen oficial no podía ser un mal monje, Nicolás lo hizo nombrar, a la edad de apenas veintiséis años, Archimandrita del importante monasterio de San Sergio en San Petersburgo. Ese lugar no estaba alejado de su palacio y gozaba del patronazgo imperial. El zar confió a Ignacio la misión de organizar allí una comunidad modelo donde los visitantes de la Corte pudieran conocer lo que debe ser un verdadero monasterio. Ignacio permaneció allí veinticuatro años. En 1857, fue consagrado obispo de Stavropol, pero dimito de sus funciones en 1861 y se retiró durante los seis últimos años de su vida al monasterio Nicolás Babaevsky, en la diócesis de Kostroma
Ignacio, igual que Teófano, fue un escritor prolífico, y la colección completa de sus obras llena cinco gruesos volúmenes. La mayoría de sus escritos se dirigen, ante todo, a los monjes. Entre otras cosas, compuso un tratado sobre la Oración de Jesús. Estaba, como Teófano, enraizado en la tradición de los Padres. El uno, como el otro, no buscaban ser “originales”, sino que se consideraban simplemente encargados de transmitir la herencia ascética y espiritual que habían recibido del pasado. Hicieron, sin embargo, mucho más que repetir mecánicamente a sus predecesores. En efecto, esa tradición recibida de los Padres era algo que ellos habían experimentado por sí mismos en su vida anterior. Esa mezcla de tradición y de experiencia personal da a sus escritos un valor y una autoridad particulares. Excertos da tradução em espanhol do livro “Arte da Oração” da Editorial Lumen
