AGRIPPA

Cornelius Agrippa ou Agripa (1486-1535)

Guillermo Fraile:

ENRIQUE CORNELIO AGRIPA DE NETTESHEIM (1486-1535) — Nació en Colonia Agripina, por lo que adoptó el nombre de Agripa. Estudió en París. Viajó por Francia, Inglaterra, España (1508), fue soldado siete años en Italia, cronista de Carlos V. En Dole enseñó hebreo, hermetismo y ciencias ocultas (De Verbo mirifico, 1509). En la Universidad de Pavía explicó el Pimander (1515). Asistió al concilio de Pisa como teólogo del cardenal Carvajal. Murió en Grenoble.

Permaneció católico, pero simpatizó con la reforma protestante. Su pensamiento, influido por Ramón Lull (escribió Commentaria in Artem brevem R. Lullii), Nicolás de Cusa, Reuchlin y Juan Tritemio, es una mezcla de misticismo neoplatónico con elementos mágicos y cabalísticos. Se califica a sí mismo de «nuevo Fausto, mago, astrólogo, fuente de los nigromantes». Cultivó la nigromancia y las ciencias ocultas. En su libro De triplici ratione cognoscendi Deum distingue tres libros para conocer a Dios: la naturaleza, la ley y los Evangelios. El libro de la ley es doble: uno escrito (Biblia) y otro transmitido por tradición a setenta sabios (la Cábala). Fue enemigo mortal de los dominicos, contra los que escribió Liber de fratrum Praedicatorum sceleribus et haeresibus (h.1533). Compuso una historia universal titulada Regnorum omnium initia y una Carolis V coronationis historia (Amberes 1530).

Hacia 1509, después de una conversación con el abad Tritemio, escribió De occulta philosophia, que corrió manuscrito hasta que fue impreso en París y Amberes (1531). Está basado en un esquema de corte neoplatónico, con la consabida distinción de planos: 1.° Dios, único, eterno, omnisciente y omnipotente, que está por encima del universo. Es el principio creador del cual proceden todas las cosas conforme a las Ideas ejemplares que existen en su mente. 2.° El universo. De Dios procede la multiplicidad de las cosas, escalonadas armónicamente en tres mundos: a) Celeste, al cual pertenecen los ángeles, y en el que Agripa aloja los dioses paganos, los Sephirot de la Cábala, las Potencias y los demonios. b) Astral, en que están situadas las esferas y los astros, c) Terrestre o elemental, al que pertenecen todos los seres compuestos de los cuatro elementos (agua, aire, tierra y fuego), los cuales se encuentran en tres estados: de pureza, de impureza y de transformación. De las transformaciones, regidas por las leyes de los números, resultan los cuerpos, los cuales tienen virtudes primarias, secundarias y terciarias, además de otras ocultas, como la atracción magnética. El mundo terrestre está animado por un espíritu universal (spiritus mundi) o alma del mundo, pero solamente se aprecia en los animales y en el hombre, que es un microcosmos que encierra en sí las propiedades del Todo. El alma actúa sobre el cuerpo, y el cuerpo reacciona sobre el alma.

El alma tiene tres partes: mens (que proviene de la emanación divina), ratio (inteligencia) e idolum, que es la fuente de la vida y la sensibilidad.

En el libro segundo expone las relaciones entre los distintos seres. El universo es un Todo armónico y ordenado, cuyas partes se influyen en virtud de fuerzas espirituales ocultas. La materia es inerte e inactiva (inefficax ad motum). Toda actividad es de orden espiritual. Cada uno de los tres mundos-celeste, astral y terrestre- ejerce su influjo sobre el inferior. El astral influye en el alma del mundo, y de aquí resultan las leyes fijas que determinan la generación y corrupción de los seres particulares. El conocimiento de esas leyes ocultas y misteriosas, de sus relaciones e influencias, es el fundamento de la astrología y la magia, mediante las cuales (números mágicos, sortilegios, conjuros de los espíritus, fórmulas astrológicas) puede el hombre dominar la naturaleza. Hay tres clases de magia: natural, celeste y religiosa. El Arte de la necro-mancia actúa sobre las almas separadas. El lenguaje, sobre todo la lengua hebrea («tetragrammaton», nombre de Dios) tiene un gran poder de influencia sobre las cosas. Pero es una ciencia que debe mantenerse oculta, para evitar los daños que podría ocasionar su uso indebido.