===== ORBE BOM SAMARITANO ===== Antonio [[gnosticismo:orbe:start|Orbe]] — [[gnosticismo:orbe:aopesi:start|Parábolas Evangélicas em São Irineu]] - CAPITULO 4.—El buen samaritano (Lc 10,30-37) - Parte primera: Fuera de los alejandrinos - Parte segunda : Los alejandrinos - a) Clemente - b) El presbítero preorigeniano - c) [[ate-agostinho:origenes:start|Orígenes]] - Parte tercera: San Ireneo - Los dos denarios - Stabularius = Spiritus - Elementos preireneanos - San Pablo, el Paráclito - Conclusión --- ==== Conclusão ==== El silencio casi absoluto de los primerísimos autores contrasta con la madurez de exégesis que la parábola del buen samaritano ostenta de golpe, por caminos simultáneos, en la tradición alejandrina y asiática. La primera está representada por Clemente (Quis dives salvetur 28), el «presbítero» preorigeniano y Orígenes. Todos tres denuncian sin titubeos una exégesis de tipo clásico, rica en pormenores, sobria de expresión. La segunda parádosis, de San Ireneo, aparece de soslayo y revela asimismo una exégesis anterior, sustancialmente definida. De los cuatro autores emerge un fondo común. El malherido simboliza a Adán o el género humano. El samaritano, a [[biblia:figuras:nt-personagens:cristo:start|Cristo]]. Los ladrones, al diablo o a las potestades del mal. El levita y el sacerdote, la Antigua Ley. El mesonero, el ángel o jefe de la Iglesia (exegetas alejandrinos) o el Espíritu Santo. El símil compendia la historia de la redención humana, desde la caída de Adán hasta su curación (y retorno) a manos de Dios. Un análisis inmediato del texto descubre infinidad de matices divergentes entre la tradición alejandrina, de un lado, y la ireneana, de otro. Unas mismas expresiones, al parecer innocuas, tienen sentido muy diverso conforme a la antropología (resp. soteriología) a que sirven. ¿Hay nada más sencillo que el simbolismo del hombre Adán, el género humano) que bajaba de Jerusalén (= el Paraíso) a Jericó (= el mundo)? Y, no obstante, va mucho de hombre a hombre, de descender a descender, de Jerusalén a Jerusalén, y aun de Jericó a Jericó, según los entienda Orígenes o San Ireneo. Orígenes (y posiblemente la línea alejandrina) ve en el anthropos de Lc 10,30 (anthropos tis) al [[philokalia:philokalia-termos:nous:start|nous]], que por un delito anterior desciende al mundo sensible para unirse al [[biblia:figuras:cuerpo:start|cuerpo]] ([[philokalia:philokalia-termos:soma:start|soma]], [[philokalia:philokalia-termos:sarx:start|sarx]]). El descenso del mundo noetos al aisthetos introduce en el anthropos una nueva economía, orientada lógicamente hacia el regreso o restauración de la primera. Para Ireneo, el anthropos de la parábola es ante todo plasma, cuerpo, mejor que alma; el cual ignoró una preexistencia en región noética, y conoció en su lugar la vida del Paraíso, adonde subió plasma y de donde cayó también plasma. Arranque antropológico tan diverso determina aplicaciones lógicamente diversas. ¿Qué significa, v. gr., para Orígenes caer en manos de ladrones (lestais periepesen) ? La caída de las inteligencias (noes) al mundo material dominado por la ceguera. Mientras para Ireneo tal circunstancia se cumple en Adán, homo plasmatus, tentado en el Edén y malherido por el diablo en sí y en sus descendientes. El cambio de perspectiva afecta a los pormenores. Y se hace particularmente agudo a propósito del mesonero y de los dos denarios. Orígenes atribuye sin reparo a los ángeles (resp. arcángeles, jefes de la Iglesia) verdadera eficacia soteriológica, mientras Ireneo les deniega semejante misión, y se la encomienda al Espíritu Santo. A primera vista es un perfil. En rigor, media un abismo. Según Ireneo, la salud (resp. la economía de la salud) pertenece a Dios y a sus manos, el Hijo y el Espíritu Santo. La herida de Adán no la pueden curar los ángeles, incapaces de contribuir directamente a su convalecencia. Orígenes les confiere cargos en la Iglesia (pandocheion) de Cristo. Jamás Ireneo, para quien sólo el Espíritu Santo gobierna directa e indirectamente a la Iglesia como depositario de los tesoros (deíficos) del [[philokalia:philokalia-termos:logos:start|logos]]. Otro tanto se diga de «los dos denarios», símbolo de la noticia del Padre y del Hijo. En la exégesis origeniana son salario otorgado al ángel en premio a sus servicios por el hombre. En la de Ireneo afectan al hombre; y no como retribución, sino como medio de curación «per Spiritum». Gracias al Espíritu Santo, se beneficia el plasma, en orden a la salud, con el conocimiento del Padre y del Hijo. Los dos denarios se imprimen en él habilitándole a la doble [[philokalia:philokalia-termos:gnosis:start|gnosis]] de Dios. Orígenes manipula sin escrúpulo elementos de exégesis, quizá impersonales para su tiempo. Pero sin deslindar los campos de la antropología y de la angelología; ni siquiera, dentro de la antropología (sensible), entre el herido y la llaga, entre el régimen de cura y la restitución al estadio previo a la herida. Si el nous se hace plasma a raíz de la herida, ¿por qué sigue plasma una vez restablecido ? {{indexmenu>.#1|skipns=/^playground|^wiki/ nsonly}}